Como periodista estoy un poco ajeno al tema relacionado al deporte, si bien un reportero debe saber un poco de todo el mundo de las patadas y balones no es mi especialidad, conozco lo básico y me especializo en otros temas mas cercanos a la cultura y como metacronista de mi ciudad el caminar a diario por calles y colonias me acerca a temas como este: “una barda pintada por ciudadanos fanáticos dirigida a un presidente de un club de futbol para amenzarlo”.
Los Rayados del Monterrey es uno de los 2 equipos de mi ciudad, ambos juegan en una liga de fútbol nacional y como todos tienen altibajos tanto deportivos como de funcionamiento empresarial, un equipo de fútbol en México esta mas cargado a la empresa del entretenimiento que a la promoción del deporte y como toda empresa debe funcionar generando dinero antes que satisfacciones a sus fans.
Si un equipo local juega bien la gente paga por las entradas, abarrota los estadios y en casa la gente contrata los servicios de pago por evento para ver el juego a la par de compra cerveza, hacer carne asada. La sociedad funciona así, un momento de esparcimiento que deja una derrama económica para todas las clases sociales y llena cuando estos se convierten en campeones de buena vibra a las masas, el fútbol en Monterrey es una variable para el estado anímico de la sociedad.
Los medios de comunicación con todos sus personajes, locutores, especialistas en la materia y provocadores incluidos son parte esencial en “el otro juego” el que no se juega en la cancha, el estira y afloja de la radio por ejemplo pues desde las 6 de la mañana estaciones especializadas en fútbol hacen debates entre ambas aficiones y las opiniones suben de color cuando un clásico se acerca o cuando un directivo del equipo no funciona como algunos quieren, los intereses se mueven y de pronto alguien que fue un Dios* se convierte en una lacra que debe dejar el mundo del fútbol.
Al transitar por la Av. Chapultepec en los límites de Guadalupe y Monterrey muy cerca del nuevo Estadio de los Rayados (con nombre de Banco) me topé con esta barda que llamo mi atención y es un claro ejemplo de un aficionado molesto por el funcionamiento de su equipo y culpa a uno de sus directivos y lo invita a dejar su puesto.
Esta acción que es válida, en caso de que sea el dueño de la barda de lo contrario sería vandalismo, me parece interesante pues pone o da continuidad a un tema polémico que también lo tocan los medios de comunicación o quizá bardas y mensajes como estos llevaron a que los medios replicaran el mensaje, o todo lo contrario.
Los fanáticos de Rayados no dejan pasar la oportunidad de seguir defendiendo su divisa.
EXTRA